A veces nuestra mirada está dirigida a cierto punto, pero en realidad no estamos observándolo, que sé yo, estamos pensando en otra cosa (Bueno, a mí me pasa), en realidad esto no es grave si diriges tu mirada hacia una caja de chicles, lo incómodo viene cuando a la hora de que regresas a la tierra, te das cuenta que observas a alguien más y ese alguien te está viendo ¡Es horrible! Sobre todo si te pasa más de una vez con la misma persona “Demonios, seguro pensará que me gusta, y no es así”, siempre que cuento esto me dicen que pongo pretextos, pero no es así, estoy segura que a más de una persona le ha pasado algo similar, y sí, es muy vergonzoso.
Cuando me miras
He notado que cuando alguien que no conozco (Eso estoy por averiguarlo) me observa (por lo que sea) llevo mi mano hacia mi nariz y la floto como si tuviera una alergia, quizá sea un modo de protección “No te preocupes, no me he dado cuenta que me observas, mientras soluciono la alergia en mi nariz, voltéate que me incomodas”. Bueno, no vaya a ser que ahora que lo he notado se vuelva un movimiento predestinado ante tal situación.
En realidad nunca se me ha hecho fácil mirar a la gente de frente, me siento incómoda, pero siempre he pensado que quizá no es muy grato que alguien vea a todos lados mientras platica contigo, entonces ya hace mucho que me puse a trabajar en eso y considero que la situación ha quedado casi controlada.
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